Las alergias de contacto podrían ayudar a prevenir el cáncer

Hay un teoría que afirma que las personas que sufrimos de alergia tenemos menos posibilidades de desarrollar cáncer que el resto de la población. Se llama hipótesis de la inmunovigilancia y un estudio que acaba de publicarse parece darle la razón.

Porque sus conclusiones son que las alergias de contacto, causadas por el contacto directo con algunas sustancias, como el níquel, el látex o algunos productos químicos, pueden ayudar a preparar al sistema inmune para evitar ciertos tipos de cáncer.

Un estudio pionero

Es la primera vez que se hace un estudio relacionando alergias de contacto y cáncer, aunque anteriormente se realizaron otras investigaciones relacionando alergias al polen o a los ácaros y cáncer.

En esta investigación participaron casi 17.000 daneses, de ambos sexos, a los que se les realizaron pruebas de alergia en un hospital especializado en en problemas de la piel entre 1984 y 2008.

Luego se siguió la evolución de su salud y se comparó con registros de enfermedades, incluyendo un registro nacional del cáncer.

Menos cáncer de piel, de mama y de cerebro

Y así los investigadores comprobaron que las personas de ambos sexos que tenían alergia de contacto tenían menos cáncer de mama y de piel que las que no tenían alergia de contacto.

Y que las mujeres con alergia de contacto sufrían menos de cáncer en el cerebro que las que no padecían de este tipo de alergia.

Sin embargo, las personas con alergia de contacto presentaban más casos de cáncer de vejiga que las no alérgicas y los investigadores creen que puede deberse a la acumulación de sustancias químicas en la vejiga.