Es la recomendación que se desprende de un estudio científico realizado en Suecia, que indica que la saliva de los padres puede contribuir a que los chicos no sufran de alergia.
Investigadores de la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo estudiaron a 184 niños y preguntaron a sus padres cómo limpiaban el chupete cuando se caía.
Así comprobaron que algunos lo lavaban con agua, otros lo hervían, mientras que otros se lo llevaban a su propia boca, lo succionaban y volvían al dárselo al bebé.
Y resultó que los niños cuyos padres chupaban sus chupetes para limpiarlos eran tres veces menos propensos a sufrir de eczema al año y medio que los demás. ¡Y no sufrían más infecciones que otros niños!
Los investigadores suecos creen que al chupar los chupetes de sus hijos, algunos padres les transfieren a los pequeños virus y bacterias que contribuirían a evitar alergias.
Esta investigación ha sido publicada en Pediatrics. Foto: lucidialohman/Creative Commons.
Cambio ALERGIAS por ALEGRÍAS: usan las mismas letras…