Un equipo de investigadores de la Universidad de Extremadura ha comprobado científicamente lo que muchas personas con alergia al polen sabemos por experiencia: puede haber polen en el aire aunque no haya flores en la zona.
Por supuesto que existe una relación muy estrecha entre el momento de la liberación del polen de las plantas y los datos que recogen los captadores usados para cuantificar los granos, pero no siempre es así, explica Rafael Tormo, botánico de la Universidad de Extremadura y coautor de la investigación.
Su equipo ha detectado retrasos o anticipaciones de hasta una semana entre la presencia de polen en el aire de especies alergénicas de gramíneas -como las hierbas de los géneros Poa, Agrostis, Bromus o Avena- y de cupresáceas -cipreses y arizónicas- y su floración.