Todavía hoy nos siguen llegando denuncias de personas que dicen haber comprado calzado tóxico o, para decirlo con propiedad, calzado contaminado con dimetilfumarato.
Esta sustancia, prohibida en la Unión Europea, se usa en lugar de silica gel, provoca reacciones alérgicas que, en muchos casos, pueden confundirse con una quemadura y puede encontrarse en bolsitas como la de la imagen.
En España el primer caso apareció en 2007 y fue por un sofá contaminado.