
Los niños que tienen un mayor riesgo genético de sufrir de asma no solo desarrollan la enfermedad a una edad más temprana que el resto, sino que tienen más probabilidades de sufrirla durante toda su vida.

Alrededor del 20% de la población negra de los Estados Unidos sufre de asma. Para entender las razones que hacen que este porcentaje sea tan desproporcionadamente alto, un equipo de expertos en genética, inmunología, epidemiología y enfermedades alérgicas se ha embarcado en un proyecto de cuatro años de duración para estudiar el código genético o genoma de mil personas de ascendencia africana.
La herencia juega un importante papel en nuestra salud, haciéndonos, en algunos casos, más vulnerables a ciertas enfermedades y, en otros, protegiéndonos de algunos males.
Pero a veces, la diferencia entre la salud y la enfermedad es tan pequeña que se encuentra en una molécula.
Recientemente, científicos de los Estados Unidos han descubierto que una variante genética podría estar asociada con una mejor conservación de la función pulmonar en niños con asma y adultos que fuman.
Y se trata de una diferencia importante, porque los adultos con esta variante genética reducen su riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC en un 35%.

El asma es una enfermedad crónica muy común entre los niños y se presume que en ella la herencia genética juega un papel muy importante. Sin embargo, hasta ahora no se habían identificado de manera concluyente los genes que determinan el desarrollo del asma y muy pocos estudios sobre la genética del asma se habían realizado en América Latina.