
Sabemos que el cambio climático trae más alergia y asma, pero hoy, en el Día Mundial del Medio Ambiente, conviene recordar también que defender la biodiversidad es luchar contra la alergia.

Sabemos que el cambio climático trae más alergia y asma, pero hoy, en el Día Mundial del Medio Ambiente, conviene recordar también que defender la biodiversidad es luchar contra la alergia.

Si todas las personas del mundo que tienen alergias alimentarias constituyeran un país, este muy probablemente tendría más habitantes que los Estados Unidos y sería el tercero o cuarto del planeta por su población.
Cientos de millones de personas en todo el mundo sufren de alergias y se estima que 300 millones tienen asma. El diagnóstico y tratamiento inadecuado o incorrecto de estas enfermedades crónicas y de los trastornos de inmunodeficiencia provoca pérdidas de productividad y graves padecimientos médicos y socioeconómicos. Por eso, cuatro de las más importantes organizaciones profesionales del sector han unido sus fuerzas para lanzar la Colaboración Internacional en Asma, Alergia e Inmunología (iCAALL).

En la sanidad pública española, como ocurre en muchos países, faltan alergólogos, a tal punto que hay comunidades enteras, como Baleares donde no hay un solo médico especialista en alergias. Por eso a menudo nos tratan médicos de otras especialidades. Pero, ¿es lo más adecuado?

Según la Organización Mundial de Alergia (WAO en sus siglas en inglés) el 30% de la población de nuestro planeta podría padecer de alergia. Y teniendo en cuenta que a finales de octubre la población de la Tierra alcanzó los 7.000 millones de personas, nada menos que 2.100 millones de personas tendríamos alergia.